Longitud: 7,7 Km, Grado Dificultad: Media, Practicable Bicicleta: 100%

Comenzaremos nuestra ruta junto a la Residencia de Mayores «Fernando Santos». A escasos metros de ésta y adosado a la pared colindante se encuentra una de las siete fuentes de Añora «El Pocito». Tras cruzar con sumo cuidado la carretera de Pozoblanco, dirigiremos nuestros pasos hacia el camino de La Losilla. A la izquierda nos quedará el parque periurbano de Las Eras y algo mas abajo otra fuente, Santa Bárbara y los antiguos lavaderos públicos de La Fontana.

Esta primera parte transcurre por terreno asfaltado y entre pastizales, y buenas vista de Añora, Dos Torres y Pozoblanco. No será difícil ver por estos lances numerosos conejos, así como gorriones y alcaudones.

A escasos 300 metros del cruce con el camino de Dos Torres y tras una suave pendiente podemos apartarnos de la ruta para observar los restos arqueológicos de La Losilla en la finca anexa. Más adelante magníficas vistas se nos abren ante nuestros ojos con alguna rapaz en vuelo y el imponente cortijo de La Boticaria dibujado en el paisaje. Giraremos ahora hacia la izquierda por el camino de Dos Torres a Villanueva de Córdoba, hasta llegar al antiguo camino de Pedroche. Esta parte del recorrido transcurre por el paraje «La Jarilla», lugar este con un escaso pero bello encinar. Tras coronar la pequeña subida de nuestro camino, descenderemos entre alguna explotación ganadera hasta cruzar el arroyo, y de nuevo el camino de Dos Torres. Ahora nuestros pasos en ligera subida y entre paredes de piedra se encaminan al principio de nuestro paseo, pero atentos, algún lagarto ocelado se puede cruzar en nuestro camino. Ya en el último tramo de nuestro recorrido la torre de la Iglesia de San Sebastián saluda al caminante e invita a terminar nuestro recorrido en el rehabilitado Tejar de Abajo. 

RESTOS CON HISTORIA

Los vestigios arqueológicos proporcionados por el término municipal de Añora son muy escasos. Existe un yacimiento prerromano en la zona del Cucadero junto al antiguo camino de Almadenes Hondos, donde se pudo comprobar la existencia de cerámicas fabricadas a torno muy toscas, de tonos oscuros, similares a las que suelen aparecer en las proximidades de núcleos mineros pedrocheños. El poblado romano se concentró en los alrededores del actual núcleo urbano, aprovechando los recursos acuíferos de la zona, así como los mineros. Sin embargo, hay dos yacimientos de especial significación. El primero situado en el paraje conocido como La Losilla, donde han sido desenterrados y saqueadas una decena de tumbas. En el lugar se encuentran abundantes fragmentos de cerámica, así como clavos de hierro, pero no hay noticias de que haa aparecido ajuar funerario. Merece destacarse un ara funerario de granito blando, con algunas incisiones lineales pero sin inscripción visible. En sus proximidades existe una antigua labor de cobre.